QUé HACER CUANDO TU COMPAñERO DE TRABAJO TE ESTá DICIENDO TODO EL RATO QUé HACER Y CóMO HACERLO

En tu carrera laboral, seguro que te has encontrado con el típico compañero de trabajo condescendiente que solo se dirige a ti para recordarte todo lo que has hecho mal y para explicarte, a modo de 'padrecito' o 'madrecita', cómo tendrías que haber realizado la tarea para que fuera impecable (como las suyas, vamos). El repelente niño Vicente de todos los empleos.

Tratar con estos compañeros es irritante y frustrante, pero más allá de eso es que pueden afectar a tu reputación y carrera, así que hay que saber gestionarlo. Es especialmente molesto si tiene razón en lo que te dice, porque reconocerlo te hace débil o incluso abre las puertas para que siga siendo grosero contigo. Así que, ¿cómo protegerse de ese compañero que todo el rato te dice/opina/habla de lo que tienes que hacer?

Lo primero es entender por qué hacen eso: ¿es para quedar por encima como el aceite, porque son inconscientes o porque están incapacitados para comunicarse con educación? A veces los sabelotodos se comportan así para ocultar su propia incompetencia o inseguridades; suele ser común en profesionales jóvenes que dan 'lecciones' a los veteranos. Si esos jóvenes están hablando constantemente de sus logros, suelen ser porque no están seguros y quieren mostrar que valen en un nuevo equipo.

También puede ser por la cultura de la empresa. Hay compañías que premian a los 'marilistos' pensando que tienen más respuestas. En muchas organizaciones, la toma de decisiones es un deporte competitivo, más que un esfuerzo colaborativo, así que actuar como si uno lo supiera todo -y los demás poco- es una astuta técnica de supervivencia.

Tres preguntas que debes hacerte

¿Está justificado su comentario?

Aunque su actitud y el rollo sabelotodo sea insoportable, igual tiene buenas razones para sus afirmaciones. Piensa en sus conocimientos y experiencia: ¿tiene talento? Aunque sea un grosero, ¿tiene razón? Es verdad que su comportamiento nos puede dar alergia, pero si aporta algo valioso igual tienes que meditarlo para que mejoren los resultados de todo el equipo.

¿Me estoy pasando de prejuicios?

Todos tenemos estereotipos sobre quién está hecho para ocupar puestos de poder. Y cuando alguien no se ajusta a nuestras ideas preconcebidas sobre el liderazgo, tendemos a cuestionar si su confianza está justificada. Igual quien te está dando ese comentario es una mujer, y eres un machista; o viene de un barrio periférico y le juzgas por su poder adquisitivo. Te servirá pensar si su comportamiento se percibiría del mismo modo si perteneciera a un grupo demográfico dominante.

¿Y las diferencias culturales?

Las culturas varían en su preferencia por la comunicación directa o indirecta. Algunas valoran la franqueza y la claridad (por ejemplo, en España ocurre con las personas del sur), mientras que otras pueden dar prioridad a la comunicación indirecta y matizada (frente a las personalidades más del norte). Un comentario directo en un sitio puede verse como brusco o condescendiente en otro. Hay que ser consciente de ello para evitar malentendidos.

¿Qué puedes hacer?

No hay nada infalible que funcione contra el 'marilisto' de turno. Lo que sea más efectivo dependerá del contexto: tú, el otro, cómo os lleváis, las normas y cultura laboral... Quizás las ideas que te vamos a dar ayuden un poco porque pequeñas acciones pueden generar gran impacto. Nuestro consejo: adopta una de ellas, deja pasar el tiempo para ver si funciona y luego pasa a la siguiente.

Relativiza

Cuando venga tu compañero con su rollo 'padrecito', intenta tomártelo con humor y decirte: "¡Qué divertido! Otra vez esto". No te lo tomes como algo personal, posiblemente el comentario tenga más que ver con algo que quiere demostrarse a sí mismo que con tu valía. Y recuerda que tu autoestima no puede depender de la condescendencia de una persona.

Elige tus batallas

Es muy desgastador estar todo el día peleándose con el compañero; no todos sus comentarios han de merecer una respuesta. Evalúa cuándo es importante (y apropiado) contestarle; te servirá saber si es un patrón recurrente o un hecho aislado: no es lo mismo que haga algo irritante a que su comportamiento te impida realizar tu trabajo. Hay ocasiones en las que lo mejor es ignorar su arrogancia. Considera qué batallas merece la pena librar y cuáles no. Recuerda esa frase de "el mejor desprecio es no hacer aprecio".

Separa el mensaje de la emoción que te genera

Si decides 'pasar' del comentario, extrae la información que pueda ser útil para tu trabajo y sigue adelante. Y evita responder de la misma manera, aunque te resulte tentador hacerlo; no es productivo hacerlo, perpetúa una conducta negativa y no contribuye a crear un entorno de trabajo positivo.

Aborda la cuestión con tu compañero

A veces es necesario tomarse unos minutos para hablar con tu colega sobre su comportamiento y cómo te está afectando. Puedes decirle algo así como: "A veces me parece que piensas que no sé hacer mi trabajo o que podría hacerlo mejor y eso no me da confianza. Creo que no es tu intención, pero quería decirlo porque está teniendo un impacto laboral en mí". Dale algún ejemplo de esos comentarios condescendientes y planifica qué vas a decirle tanto en caso de respuesta negativa como positiva. No será una conversación cómoda, pero al menos habrás dicho lo que tenías que decir y le habrás avisado de que no tolerarás ese comportamiento en el futuro.

Documenta los casos

Es útil tener constancia de estos comentarios, sobre todo si quieres argumentar ante tus superiores el daño laboral que este compañero ejerce. Toma nota de hora, lugar, comentario, quién lo dijo y quién estaba presente, además de cuál fue tu respuesta (incluso si te callaste). Los jefes estarán más dispuestos a intervenir si ven una pauta de comportamiento y ven que ya has intentado solucionarlo. En cualquier caso, recuerda: no tienes por qué quedarte sentado y sufrir. Toma medidas para frenar las bravuconerías de tu compañero o, al menos reducir su impacto en ti y en tu carrera.

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