Convertirse en madre puede representar un reto en todos los niveles de una mujer, por eso es importante que conozcas algunos tips para ser una mamá saludable, feliz y tranquila sin descuidar el autocuidado y el procurar a tu familia.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, una de las claves para ser una madre sana es no dejar las propias prioridades de lado; aunque suene contradictorio, si buscas volcar toda tu atención y necesidades en tus hijos, es probable que termine siendo contraproducente porque podrías desarrollar problemas emocionales tan graves como la depresión.
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Por eso, se dice que el mejor consejo para una madre primeriza es no olvidarse de sí misma y seguir haciendo, en medida de lo posible, las actividades propias que le traen satisfacción y le hacen sentir mejor consigo misma.
Además, para ser una mamá sana, feliz y tranquila, es importante no descuidar el tiempo destinado para la actividad física, esto puede tener un gran impacto positivo en tu bienestar cotidiano; por otro lado, también es importante procurar una alimentación balanceada y saludable.
Por último, mantener activos los pasatiempos favoritos de la madre puede ayudar a que no sienta que "pierde su esencia" y poder compartir espacios más seguros e independientes con su familia.
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Ser una buena madre implica una combinación de amor, paciencia y la capacidad de establecer límites claros y consistentes. Desde un punto de vista emocional, es esencial ofrecer apoyo incondicional y una comunicación abierta, lo que ayuda a construir una relación sólida y de confianza con los hijos.
Es importante estar emocionalmente disponible y responder a las necesidades de los hijos, lo que no solo fortalece el vínculo, sino que también promueve su bienestar emocional y mental.
Desde el aspecto práctico, establecer y mantener rutinas consistentes es crucial para proporcionar un ambiente estable. La disciplina debe ser justa y enfocada en enseñar, no en castigar.
Además, fomentar la independencia en los hijos a través de la educación y el ejemplo puede ser muy beneficioso, así como mantenerse informada y adaptarse a las diferentes etapas de su desarrollo.
Por último pero no menos importante, no desestimes el procurar tu propio bienestar para ser una madre sana, feliz y tranquila.
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Para ser más paciente con tu hijo, es importante desarrollar estrategias que te ayuden a manejar tus respuestas y emociones. La paciencia es una habilidad que puedes mejorar con práctica y reflexión. Una técnica útil es aprender a identificar y manejar tus propias emociones antes de responder a comportamientos que te frustran.
Esto puede incluir técnicas de respiración profunda o tomarte un momento para calmarte antes de reaccionar de forma inapropiada con tus pequeños.
Además, establecer y mantener rutinas claras puede ayudar a prevenir situaciones estresantes que requieran paciencia. Las rutinas predecibles pueden ayudar a los niños a sentirse más seguros y comportarse mejor, lo que a su vez puede hacer más fácil para ti mantener la calma y la paciencia.
Ahora que sabes cómo ser una madre sana, feliz y tranquila, recuerda que no es egoísta velar por el bienestar propio al mismo tiempo que procuras la salud física, emocional y mental de tu familia.
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