La ensalada de espelta con atún es un plato fresco, equilibrado y perfecto para cualquier época del año. Ideal como almuerzo ligero, para llevar al trabajo o para una cena rápida, es una opción saludable que no renuncia al sabor. En esta versión, combinamos la espelta con el atún, el dulzor del maíz, el frescor de los tomates cherry y el toque ligeramente picante de la rúcula, logrando una mezcla de sabores equilibrada y muy apetecible. Rica en fibra, proteínas y vitaminas, esta ensalada resulta perfecta en cualquier época del año: fresca y colorida en verano, más saciante y nutritiva en los meses de frío. Además, es fácil de preparar y gana aún más sabor después de unas horas en la nevera, por lo que es ideal para preparar con antelación y disfrutar en cualquier momento.
Cuece la espelta en abundante agua ligeramente salada siguiendo las instrucciones del paquete. En muchos casos, tendremos que dejar en remojo la espelta durante toda la noche en un bol con abundante agua. Pasado el tiempo escurrir y cocer según el tiempo indicado en el paquete.
Mientras tanto, lava los tomates cherry, sécalos y córtalos en cuartos.
Escurre el atún y desmenúzalo con un tenedor.
Lava la rúcula y sécala bien con papel de cocina.
Una vez cocida, escurre la espelta y pásala por agua fría para cortar la cocción. Déjala enfriar por completo en un bol grande. Mientras tanto, exprime el medio limón y reserva el zumo.
Cuando la espelta esté fría, añade el atún desmenuzado, los tomates cherry, el maíz escurrido y la rúcula. Aliña con un chorrito de aceite de oliva, el zumo de limón, pimienta negra y, si es necesario, una pizca de sal. Mezcla bien todos los ingredientes y sirve inmediatamente o conserva en la nevera hasta el momento de consumir.